En Ausencia
Introducción
La fotografía ha pasado por una amplia historia que hoy la posiciona en un lugar privilegiado en cada hogar, ya sea a través de la cámara compacta o la del celular, está presente en la mayoría de los hogares del mundo, la fotografía de hoy a diferencia de la fotografía de “royo”, carece de los rasgos azarosos y se asemeja más a un cuadro bien cuidado, con las posibilidades múltiples que le confiere la inmediatez, la posibilidad de tomar 100 fotos en un corto lapso de tiempo, del borrado. Hay quizá cierta libertad a la que antes no se accedía. Decidir que aunque bien o mal, soy dueño de mostrarme como quiero, ya no es el personaje limitado por las posibilidades acotadas de la máquina, es el personaje manipulando las situaciones apoyado en las múltiples oportunidades que le ofrece la máquina.
Importante respecto a estas fotografías y en relación al hogar es la fotografía familiar. La fotografía de registro familiar antigua debiera ser, según una tesis basada en simples conclusiones, una especie de teatro azaroso, pero “maqueteado”. Un lugar que se predispone, situaciones azarosas pero repetidas. Un lugar donde han de converger puntos de similitud. Obligados por las circunstancias.
Por otro lado a diferencia de esas fotos personales que abundan hoy en redes sociales y “perfiles” web varios, la fotografía familiar es un espacio que pareciera siempre rodeado por el aura de la sobriedad. Una especie de bodegón continuo donde los actores se ponen frente al lente buscando ser uno más en la composición. Hay a pesar de esto espacios para el juego.
Una pregunta que se aparece recurrente es, por qué sacamos fotografías. ¿Hubo algún punto en el pasado, donde no existía aún este medio, en que el registro familiar se hacía de modo especial? ¿Hay quizá retratos familiares que no sean estáticos, que quieran dar cuenta de un espíritu inserto en esas personas? ¿Cómo es entonces su historia?
Será que el ansia en vista de la ausencia nos lleva a capturar momentos para luego poder recordarlos, provocando en nosotros una nostalgia impuesta. De ser así con el álbum familiar de antes se ejemplifica claramente, hoy quizá la masificación nos ha vuelto menos nostálgicos. ¿Será que hoy la nostalgia existe pero ya no tiene ese carácter de pérdida irremediable y pesimista?
Desde estos conceptos comienza el trabajo investigativo de esta obra, la cual encuentra refugio en el dibujo, la aguada y la instalación.
Al hablar de esta última, en artes visuales, comúnmente se entra en un terreno difícil de comprender. Sería poco justo dejarla unida solo a la idea de un montaje cuando de sí se pueden extraer más relaciones respecto a pensar el espacio. Hacer instalaciones es trabajar con conceptos que en si se ven relacionados con la misma, con el espacio, con el tiempo. Y que articulan relaciones con materiales muy diversos, de aquí que con el dibujo y la aguada se encuentren en un terreno nuevo y fértil.